En la jugada no pasaba nada.
PSG entretenía la pelota con toquecitos intrascendentes.
Todo, en la puerta del área de Lens, que ya perdía 2-0 en el Parque de los Príncipes por los goles de Vitinha y Kylian Mbappé.
De repente, un pase vertical y entre líneas encontró a Lionel Messi con la marca de Adrien Thomasson.
Parecía que el francés se comía al argentino con la marca.
Pero La Pulga encendió el turbo, continuó con la pelota y buscó a su compadre en el ataque parisino, Kylian Mbappé.
Ya había aroma de gol.